Por Ade Cabo. (Post en boolino)
“- ¿Cuántos deseos puedo formular?
- Tantos como quieras. cuantos más mejor, Bastián. Tanto más rico y variado será Fantasía.”.
Abandonar el mundo de la
fantasía te impide soñar, dificulta tu crecimiento y tu evolución como
persona, pero sobretodo te impide compartir momentos con tus hijos.
“Comprendía ahora que no sólo
Fantasía estaba enferma, sino también el mundo de los seres humanos.
Una cosa tenía que ver con la otra.” Estos son algunos de los
pensamientos de Bastián, protagonista de La historia Interminable de
Michael Ende, de donde se puede extraer la frase que encabeza este
artículo. Fantasía está en peligro y solo un niño podrá salvarla.
Ende creó esta novela hace varias décadas pero la historia siempre se
repite (soy original, eh?). Sí, en algún momento de nuestra existencia y
de nuestro crecimiento dejamos de creer en la fantasía, nos hacemos
mayores y creemos que ya no nos sirve. Pero siempre podemos volver a por
ella, mejor dicho debemos. La fantasía es la que nos mantiene vivos, es
“el instrumento para crecer, evolucionar, soñar y llevar los sueños a
la acción”, en palabras de Carmesina, protagonista de Los colores olvidados, libro de la autora Silvia G. Guirado.
La fantasía nos permite
imaginar y crear la realidad, aunque nos hagamos mayores no podemos
olvidarla porque debemos compartirla con los pequeños, es nuestra
obligación ofrecerles un mundo mágico conforme a su edad, es importante
la fantasía en su evolución y aprendizaje. Cambiamos, evolucionamos,
crecemos… pero los sueños siguen con nosotros y eso, eso es fantasía.
Como dicen desde Los Cuentos de Bastián,
“perder la inocencia no está reñido con desterrar la fantasía” e
igualmente, si un adulto no vivió una etapa plena de fantasía en su
infancia no tendrá suficientes herramientas para afrontar y superar
obstáculos en la vida.
No dejéis de leer y de
compartir libros de fantasía con vuestros hijos, como bien dice Bastián,
este libro era el más apropiado para él, porque, entre otras cosas, no
tenía nada que ver con la realidad. A Bastián, “no le gustaban los
libros en que, con malhumor y de forma avinagrada, se contaban
acontecimientos totalmente corrientes de la vida totalmente corriente de
personas totalmente corrientes. De eso había ya bastante en la realidad
y , ¿por qué había que leer además sobre ello? Por otra parte, le daba
cien patadas cuando se daba cuenta de que lo querían convencer de algo.
[…] Bastián prefería los libros apasionantes, o divertidos, o que hacían
soñar…”.
Necesitamos historias que nos
hagan evadirnos y no pensar, que nos hagan pasar un buen rato, que nos
apasionen de principio a fin en lo que vivimos y eso es lo que encuentra
Bastián.
Con estas palabras me
gustaría motivaros para que no dejaráis de fantasear, de soñar y de
compartir vuestros sueños con los demás, especialmente con vuestros
hijos, nietos, sobrinos, etc. Ellos se sentirán únicos por ese vínculo
que se ha creado y acompañados porque verán que no sólo ellos tienen
fantasías. Tenemos los pies en el suelo, pero ¿por qué no soñar? Eso
nos motiva a superarnos, a crear proyectos y a vivir.
Os animo a que leáis o releáis La historia Interminable,
por ejemplo. Y si queréis recuperar esa fantasía perdida o, mejor
dicho, olvidada, Silvia G. Guirado junto con un equipo de ilustradores
crearon unos libros ideales para ellos. Los colores olvidados y La
inspiración dormida, nos harán reflexionar junto con Carmesina su
protagonista y otros personajes. Entre las fantasías olvidadas pueden
estar el entusiasmo, la felicidad, la autoestima, la amistad, el
respeto, la valentía, la autoconfianza, la esperanza, el humor, la
emoción… No olvidéis los valores naturales que aprendéis en la infancia.
"Las pasiones humanas son un
misterio, y a los niños les pasa lo mismo que a los mayores. Los que se
dejan llevar por ellas no pueden explicárselas, y los que no las han
vivido no pueden comprenderlas. Hay hombres que se juegan la vida para
subir a una montaña. Nadie, ni siquiera ellos, puede explicar realmente
por qué.
Otros se arruinan para
conquistar el corazón de una persona que no quiere saber nada de ellos.
[…] En resumen: hay tantas pasiones distintas como hombres distintos
hay. La pasión de Bastián Baltasar Bux eran los libros.”
“Si acaban con tu capacidad de soñar y de luchar, acabarán con tu libertad.”
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