(publicado en boolino el 11 de abril de 2013)
Tres álbumes ilustrados
cuidados en detalle tanto por el autor como por la editorial, con Irene
Savino como directora de arte y diseño. Una encuadernación que emula
antiguas cubiertas con lomos rojos de tela e ilustraciones enmarcadas en
un círculo que imita al grabado.
Saéz Castán dedica su tiempo a
crear libros y a explicar como los ideó mediante talleres y
conferencias. El arte de contar historias con imágenes es una disciplina
que controla a la perfección y que nos hace llegar mediante álbumes
como el Animalario Universal del Profesor Revillod (mejor libro ilustrado en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil de México 2004) o La merienda del señor Verde (seleccionado por la Internationale Jugendbibliothek de Munich para la exposición The White Ravens, junto con Los tres erizos).
En El pequeño Rey nos
encontramos con un ser extraño y algo estrafalario -que por momentos
recuerda a Humpty Dumpty- pero muy divertido con el que, a pesar de
todo, nos sentiremos reflejados en muchos momentos.
La
estructura de las tres historias son similares, en los tres libros,
alguna situación desencadena la salida del Rey en busca de súbditos que
le ayuden, -unos pequeños y tiernos bichitos- y aunque a veces será duro con ellos, siempre terminará por pasarlo bien y divertirse.
Una colección extraña y
divertida, con un protagonista sugerente con una inocencia desbordante y
la lógica aplastante de un niño. Cada situación es un juego, una oda a
la espontaneidad y a la despreocupación.
Las fantásticas ilustraciones
están llenas de guiños irónicos y divertidos. Por ejemplo, en el
primero de los libros podemos descubrir cómo gracias a una lupa redonda
-como el marco de las ilustraciones- encuentra al primer bichito que
está leyendo La Guerra de las Galias. O en el segundo, en el
que el sonajero va cambiando de apariencia y tamaño, convirtiéndose en
una batuta, en un paraguas... O el detalle de la caja en la que
transporta a los bichitos que lleva por título: Borax. Insect powder. Os
invitamos a que os fijéis en los detalles del último libro, como las
marcas de la harina y la melaza y sus misteriosas transformaciones...
El primer título que se publicó fue El Pequeño Rey. General de Infantería
(2009), en el que el protagonista descubre que sus soldados de juguete
están rotos y decide salir en busca de sustitutos para emprender una
batalla y luchar. Tres curiosos bichitos que se encontrará por el camino
formarán su ejercito. Sin embargo su ejército no es muy valiente y
siempre acaba echándose atrás con cualquier excusa... Una vaca que, a lo
lejos, parece inofensiva les devuelve el valor y deciden echarla, pero
conforme se van acercando la vaca es cada vez más grande, ¿cómo saldrá
de esta el ejército del Pequeño Rey?
El segundo fue El Pequeño Rey. Director de orquesta
(2010). El protagonista no puede dormir... La música de su sonajero le
da una idea; montará una orquesta. El Pequeño Rey saldrá en busca de los
miembros de la orquesta y los mismos bichitos curiosos estarán
encantados de tocar en su concierto. Al final, cansado de la música
tratará de hacerles parar a gritos, sin embargo con tanto ruido no
consiguen escucharle. El Pequeño Rey está desesperado y tiene sueño,
pero, un momento, ¡para algo es el director de orquesta!
Y la novedad, El Pequeño Rey. Maestro repostero (2013). El Pequeño Rey está cansado de la misma merienda de siempre y decide hacer de cocinero y buscar a sus pinches, que no serán otros que sus queridos bichitos. Un divertidísimo cuento en el que los bichitos pasarán de pinches, a ingredientes y por último a comensales.
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