Nada me disgustaría más que cargarte a tus 9 años de edad con el peso del pasado. Sin embargo, cuando supe que tu abuelo, mi padre, sufría la enfermedad de Alzheimer me dolió pensar que jamás ibas a conocerlo en plenitud de facultades, tal y como siempre había sido: inteligente, irónico, culto, alegre y vitalista. No podía haber una enfermedad más cruel para alguien de cultura enciclopédica como él.
Albert Solé Bruset (Cineasta)
Hoy se celebra el Día Mundial del Alzheimer y el lema de este año es "Cada diagnóstico, una persona".
Asimismo, 2011, es el Año Internacional de la Investigación en Alzheimer, y para conmemorar ambos eventos el Centro de Referencia Estatal de atención a personas con enfermedad de Alzheimer y otras demencias del Imserso de Salamanca (CRE Alzheimer) y el Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil (CILIJ) de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez ponen a nuestra disposición la publicación “Los mayores y la enfermedad de Alzheimer en la literatura infantil y juvenil", correspondiente al número 8 de la colección Temas en la Literatura Infantil y Juvenil. Esta bibliografía pretende ser un puente literario tendido entre los niños y los mayores, entre la infancia y la vejez, así como una muestra del tratamiento que la figura de las personas mayores tiene en la literatura infantil y juvenil y de cómo se abordan problemáticas propias de esta etapa de la vida.
El prólogo corre a cargo de María Isabel González Ingelmo, directora del CRE Alzheimer de Salamanca; y Albert Solé Bruset, director de cine y periodista, ganador de un Goya por Bucarest, la memoria perdida, película sobre la lucha contra el alzhéimer. El comienzo del relato Solé es el que leéis al principio de este post.
La podéis consultar a texto completo, en formato PDF, en:
Aquí os dejo algunos pocos de los libros que aparecen en esta bibliografia:
- Para hacer un pastel de manzana, de Pablo Albo e ilustraciones de Mariona Cabassa
El protagonista de esta historia va a pasar unos días de vacaciones con su abuelo, pero ¿qué tiene él en común con un hombre tan mayor? Cuando el anciano le propone preparar entre los dos un pastel de manzana, la idea no le resulta muy sugerente. Sin embargo, hacer un pastel de manzana esconde muchas sorpresas.
- Sólo se es joven... ¡dos veces!, de Quentin Blake. Se trata de un homenaje a nuestros mayores, a todas las experiencias por las que pasan a lo largo de sus vidas, al gran valor de sus vivencias. Y con un puntito de ironía y grandes dosis de buen humor nos enseña que sus vidas, las de nuestros abuelos y abuelas, no se distinguen demasiado de las de los niños o de las nuestras. (reseña Revista Babar).
- El trasto de la señora Adela, de Teresa Duran.
- El teatro de sombras, de Michael Ende.
- Tres deseos, de Eva Mejuto y Gabriel Pacheco.
Estos y muchos más libros sobre la relación con ancianos dentro de la literatura infantil y juvenil.
Me gustaría destacar uno del que hoy hace referencia la Revista Babar: El zorro que perdió la memoria, Martin Balscheit. Lóguez ediciones, 2011.
“Érase una vez un viejo zorro sin memoria.
Él no sabía nada y únicamente sentía.
Sentía cuando alguien lamía sus heridas.
Sentía lo que es no tener hambre.
Le gustaba que los jóvenes zorros hablaran de la caza.
Admiraba sus trucos, sobre todo el de la pajita.
Algunas cosas le resultaban difíciles:
No podía acordarse de ningún nombre.
No encontraba el camino a casa."
Este es el sexto álbum que la editorial salmantina Lóguez publica de Martin Baltscheit, autor e ilustrador alemán nacido en Düsseldorf y con una gran bibliografía hasta el momento, desde que comenzara a ilustrar hace ya unos 20 años.
No es casualidad que hablemos hoy de este libro, ya que el 21 de septiembre es el Día Mundial del Alzheimer. Y es que el protagonista de este álbum, como su propio título ya adelanta, es un zorro algo olvidadizo. Atrás quedaron sus días de gloria, cuando nadie podía hacerle sombra en el arte de engañar, cazar, esconderse, vivir un sinfín de aventuras y salir airoso.
Comenzó olvidando los días de la semana, más tarde los cumpleaños de los amigos, los alimentos que solía comer… Hasta que un día olvidó quién era, y los jóvenes zorros tuvieron que cuidar de él y curar sus heridas. Pero la memoria no había manera de recuperarla. (resto de la reseña en Babar).
Otro libro para destacar es uno de Tàndem edicions:
Me llamaba Simbad, de Francisco Castro.
El abuelo hace cosas raras. Lo olvida todo. Le cambia el nombre a todo el mundo, incluso a su nieto Paulo, al que llama Simbad. Paulo luchará contra la enfermedad del abuelo con comprensión, complicidad y mucho afecto.
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