jueves, 21 de marzo de 2013

Siempre Rodari...

Gianni Rodari
Il. Xavier Salomó
Ediciones SM, 2007


A la salida del pueblo de Martín había una bifurcación con tres caminos: uno iba hacia el mar, el segundo a la ciudad y el tercero no iba a ninguna parte. Eso es lo que decía todo el pueblo pero Martín Testarudo, como así lo llamaba al final la gente, se preguntaba que “entonces, ¿por qué lo hicieron?”.

Cuando fue lo bastante mayor, se levantó una mañana y salió del pueblo, tomando el camino misterioso que iba a ninguna parte. Continuó adelante y puso todo su empeño y coraje en ese viaje que al final puede que sí fuese a alguna parte siempre que cada uno le ponga ánimo y tesón.

Se trata de un precioso cuento de uno de los mayores escritores contemporáneos de la historia, donde la inocencia, la curiosidad y el tesón se unen para llegar donde nadie antes había llegado. Es una buena lección para la vida: hay que coger las cosas con ganas, creyendo en ellas sino nunca conseguirás lo que quieres o anhelas.

Las ilustraciones de Xavier Salomó son geniales, además destacan sobre el texto y así, llama la atención del lector. La diferencia de las caras de los vecinos con la del protagonista está relacionada con el texto, ya que los ojos de Martín son pequeños, inocentes y los de los vecinos de su pueblo son grandes y amarillos, envidian el éxito de Martín en su viaje al camino que no va a ninguna parte. 

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