Edelvives publicó el pasado mes de abril el esperado álbum de la versión de Alicia en el País de las Maravillas de la ilustradora Rébecca Dautremer.
Poco más se puede decir de esta ilustradora y de esta historia de Lewis Carroll.
Dautremer ya ilustró un clásico como Pulgarcito y, ahora, nos ofrece la fantástica obra de Carroll en 140 páginas porque además de mostrarnos unas bellas y poéticas ilustraciones, podremos leer el texto íntegro del autor.
Como leí una vez, Rébecca Dautremer hace de todo lo que publica, un tesoro.
Dautremer ya ilustró un clásico como Pulgarcito y, ahora, nos ofrece la fantástica obra de Carroll en 140 páginas porque además de mostrarnos unas bellas y poéticas ilustraciones, podremos leer el texto íntegro del autor.
Como leí una vez, Rébecca Dautremer hace de todo lo que publica, un tesoro.
Esta es una Alicia que nada tiene que ver ni con las ilustraciones originales de Sir John Tenniel, ni con la versión edulcorada de Disney y derivados de esta, a los que ya estamos muy acostumbrados (y de los que ya estamos algo aburridos). Esta versión se acerca más a Chihiro de Hayao Miyazaki, y obviamente, a la crudeza y locura del texto original.
Dautremer recorre las escenas que tanta gente ha interpretado antes, y que tantas veces hemos imaginado y visto, consiguiendo sorprendernos, y eso es buenísimo. Conservando los elementos clave, pero sin caer en un solo cliché del universo existente, combina ilustraciones a Gouasch (sí, alucinante pero cierto), con ilustraciones abocetadas a lápiz, apuntes sobre el movimiento de algunos personajes y secuencias numeradas de acciones que acompañan las paginas que contienen las densas cajas el texto.
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